sábado, 15 de octubre de 2011

Al despertar de un potencial buen día

Con un sueño casi palpable
me he levantado en la urgencia de hacerlo imperecedero
con sentimientos que me han demostrado una vez más
que el mundo de los sueños es tan real.
A caso, ¿no me doy cuenta de que los días pasan
bajo esa incertidumbre de relatividad?
¿Que es cierto y que no lo es?.
Existen ocasiones en que el mundo de los sueños
se encarga de hacer las tareas inconclusas
de este pantanoso presente.
Si necesitas amar, en tus sueños puedes hacerlo
si necesitas un abrazo, en tu sueños puedes conseguirlo
si necesitas una palabra, en tu sueños la puedes oír.
Ese mundo paralelo, interdimensional tiene mucho que enseñarnos.
Dentro de ese mundo casi palpable
la constante introspección de uno mismo
permite que lo irreal se vuelva tangible y en que nuestros anhelos
se concreten, así como concretamos un nuevo día al despertar.

Cuando sueño que siento tu aroma
cuando te miro la cara y siento esa ternura
a mil colores por segundo
cuando llegas de la nada y tu presencia se hace tan inmensa
pero aún así, no tiene comparación
a lo que significa escucharte en este mundo
al que hemos escogido venir
en el cual puedo escribir y recordar
que en esta vida, lo único que me puede hacer pleno
es comenzar un nuevo día
con la esperanza de amar con toda mi fuerza.

Ya no recuerdo el sonido de tu voz,
solo tengo muchas imágenes, que juntas
se convierten en nada si no soy capaz
de hablarte una última vez, y desde ahí
comenzar a construir un amor limpio
como el que tanto he necesitado últimamente
paciencia ahora tengo de sobra
Sólo necesitare estar atento a las señales.

domingo, 2 de octubre de 2011

A la Una mi Fortuna a las dos tu Reloj

Estuve toda la noche parado frente a tu puerta
Esperando que salieran tus sueños
A la una salió una galería de espejos
A las dos salió una alcoba llena de agua
A las tres salió un hotel en llamas
A las cuatro salimos tú y yo haciendo el amor
A las cinco salió un hombre con una pistola
A las seis se oyó un disparo y despertaste
A las siete saliste apurada de tu casa
A las ocho nos encontramos en el Hotel Valdivia
A las nueve los multiplicamos en los espejos
A las diez nos tendimos en la cama de agua
A las once hicimos el amor hasta el exterminio
Ahora son las doce del día
Y tengo entre mis brazos al cuerpo de todos mis delitos

Óscar Hahn