martes, 19 de agosto de 2014

Fuego a los Vampiros Energéticos

Recuerdo la primera vez que leí algo sobre los vampiros energéticos. Me llamó mucho la atención, lo común que puede ser encontrarse con este tipo de personajes en la vida cotidiana. Siempre están presentes, inclusive, aunque no creamos que deambulan a nuestro alrededor, siempre están.
Uno mismo puede convertirse en un vampiro energético. Se puede apreciar cuándo no somos capaces de establecer ciertas normas o ciertos cánones que son fundamentales para nuestra felicidad. Siempre llega alguien a desordenar los esquemas. Ahí reside el problema.
Creo que de verdad debo mejorar mi carácter, aunque me cueste perder el 95% de mis amigos.
Prefiero la soledad a que venga una persona a mear afuera de mi taza y luego sea yo quien tenga que llevarse el mal rato, y por supuesto, limpiar el baño.
Prefiero la soledad a tener que escuchar las mismas estupideces existenciales de boca de gente que no es capaz de cambiar su alimentación para mejorar su salud, más, lo único que saben hacer, es tomar esa asquerosa cerveza escudo, la cerveza industrial para los cerdos.
Prefiero la soledad a ver como  la gente se pudre en sus miedos.
Prefiero la soledad a las conversaciones repetidas de temas que me importan una mierda.
Si lo que nos molesta es un simple reflejo de lo que llevamos adentro.
Si yo soy otro tu, si tu eres otro yo y bla bla bla..
Prefiero pasar la tarde divagando, intentando meditar en un cerro, sacándole fotos al pasto que tener que ver cómo las personas pasan y pasan su vida peor que un animal.
No hay nada que me moleste más que la gente débil de mente.
No hay nada que me moleste más que las personas esclavas de sus miserables vicios.
Pero bueno, cada uno en lo suyo.

Cada loco con su tema.

No hay comentarios:

Publicar un comentario